LA GUERRA DEL COLTÁN, LO QUE NO NOS CUENTAN LAS EMPRESAS.

En mi última entrada os hablaba de la avaricia que rige nuestro mundo. Sinceramente cada día estoy más y más convencida de que los seres...



En mi última entrada os hablaba de la avaricia que rige nuestro mundo. Sinceramente cada día estoy más y más convencida de que los seres humanos somos una plaga para nuestro planeta y ahora veréis por qué.

El Coltán es un mineral muy escaso que sólo se encuentra en unas cuantas zonas de nuestro planeta, como Tailandia, Brasil, Australia y sobretodo en Africa Central, más concretamente en la República del Congo, dónde se encuentran el 80% de las reservas mundiales de este material.

El Coltán es el componente fundamental de gran cantidad de nuestros aparatos tecnológicos, como los móviles, las pantallas de plasma, los reproductores de música, las cámaras de fotos...en fin, de nuestros juguetitos tecnológicos.

Esta insignificante substancia tan codiciada por los fabricantes de tecnología es la que hace que tú y yo tengamos un móvil, un ordenador...hasta aquí todo bien ¿verdad? Bueno, todo bien para ti y para mí. Una vez más los humanos somos prueba viviente de la codicia, del puro interés y, desde luego, la ética brilla por su ausencia. ¿No entiendes por qué digo todo esto? Cierto, se me ha olvidado mencionar un pequeño detalle sobre este mineral: además de ser una importante fuente de riqueza también es la causa de la muerte y sufrimiento de miles de personas. 

Por un momento vamos a transladarnos a la República Democrática del Congo del 98. Este año fue el punto de partida de un conflicto que no encontró su fin hasta 2003, con un resultado de 3,8 millones de muertos, la mayoría de ellos por hambre y enfermedades prevenibles y curables. Esta trágica cifra convirtió esta guerra en el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué fue lo que pasó para que sucediese un genocidio de tal magnitud?

La explicación de la sangrienta guerra civil en la República Democrática del Congo que comenzó el 2 de agosto de 1998 tiene un sólo nombre: Coltán. Este material ha despertado la codicia de los países vecinos como Ruanda, Uganda y Burundi. Estos países han establecido alianzas comerciales de carácter estratégico y militar con las principales economías de occidente para traficar y procesar minerales del Congo. Aunque resulta difícil de cuantificar, se estima que miles de personas fueron obligadas a trabajar en las minas de Coltán, bajo amenaza de muerte y con unas condiciones inhumanas que causaron la muerte a gran parte de estos mineros que se exponían diariamente a grandes cantidades de uranio, torio y radio. Tampoco debemos olvidar la explotación infantil y sexual que completaron el terrible escenario de contrabando y explotación ilegal de la tierra.

Si leéis sobre esta guerra en cualquier libro de historia veréis que la guerra llegó a su fin en 2003. Pero ¿de verdad creéis que esta paz es real o en verdad no es más que una quimera? Para mí, esa fecha no tiene un valor real ya que continúa la explotación ilegal de muchas minas y la situación no ha mejorado tanto como podía esperarse.

Son muchas las multinacionales que procuran evitar el Coltán congoleño debido a los problemas de imagen que causa y según dicen, por motivos éticos, aunque en el fondo yo creo que tiran más de lo primero. No obstante, el contrabando dificulta conocer el origen exacto del mineral, es decir, simplemente están haciendo que sea menos evidente la injusticia que llevan a cabo día tras día.

Un documental de la BBC ha denunciado que continúa la explotación infantil y las prácticas que comenzaron durante la guerra así que no sé para que se molestan en maquillar sus acciones. Que nos oculten lo que hacen, NO les hace más éticos. Lamentable.

Ahondando más en el tema, la explotación del Coltán no sólo se lleva consigo la vida de personas si no que también repercute en nuestro planeta, pues supone la deforestación de la segunda selva más grande del mundo, tanto para acceder a las minas como para utilizar la madera para afianzar sus túneles, hacer asentamientos, etc… afectando de forma irremediable a la vida humana y animal. Así es, los humanos somos la única especie capaz de matar a los demás y matarnos a nosotros mismos. No sé si soy la única que ve muchos humanos pero muy poca humanidad. Porque muchos me dirán que la culpa es de los explotadores, pero ¿realmente no hemos participado todos indirectamente en esta guerra? ¿A caso no estoy usando un ordenador para escribir esto y tú un dispositivo para leerlo? Una vez más, el deseo de consumo que nos han creado, el materialismo, nuestras queridas pero efímeras posesiones y el deseo de incrementarlas acabando con los valores más básicos de nuestra existencia. Sólo hay que fijarse en el hecho de que no necesitamos más que una piedra para que nos matemos entre nosotros.





Fairphone, solidarios con el Congo y concienciados con el planeta

Para aportar un poco de luz a esta difícil situación hay gente que ha querido hacer algo al respecto. Fairphone, una empresa social holandesa, está creando un móvil diseñado y producido con el mínimo daño a la gente y el planeta. El primer móvil contendrá minerales extraídos de minerías certificadas y no relacionadas con ningún conflicto de la República Democrática del Congo. Al centrarse en una sola región, se puede formalizar el sector minero, aumentar el empleo de los mineros de pequeña escala y contribuir al desarrollo económico y la estabilidad regional. Además, el proceso de fabricación se realizará en una fábrica donde un fondo especial ha sido establecido para asegurar salarios dignos distribuidos entre los trabajadores.

Este móvil no es muy distinto a otro smartphone de gama media-alta (tiene un procesador de cuatro núcleos y 1.4GHz, 1GB de RAM, 16GB de almacenamiento y una versión personalizada y abierta de Android 4.2.2 -conocida como FairphoneOS. Además, el teléfono es libre y sus componentes son intercambiables, lo que alarga muchísmo la vida de este móvil en comparación con otros: Puedes cambiar la batería, añadir componentes, instalar diferentes sistemas operativos, etc...


Esta empresa holandesa es el ejemplo de que, afortunadamente, en este mundo de avaros y manipuladores, todavía queda gente dispuesta a cambiar el mundo. Pero todavía queda un largo camino por recorrer y es importante que todas las personas sean conscientes de que detrás de nuestros móviles, consolas, ordenadores y gadgets existe un drama humano y un conflicto económico difícil de erradicar.


¿Qué podemos hacer nosotros?

Podemos solidarizarnos con la causa haciendo algo tan sencillo como reciclar nuestro móvil cuando lo desechemos. ¿Qué supondría esto? Amnistía Internacional nos da la respuesta:


  • Para recaudar fondos que contribuyan a la defensa de los Derechos Humanos.
  • Para que se reutilicen los terminales.
  • Para reciclar sus elementos respetando el medio ambiente.
  • Para reducir la demanda de componentes como el coltán, un mineral que genera conflictos armados en países como la República Democrática del Congo.



http://www.deotramanera.co/ayudar/economicamente-dinero/fairphone-telefono-movil-libre-solidario
http://www.actibva.com/magazine/mas-que-economia/la-guerra-del-coltan-y-los-moviles-de-sangre
https://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Guerra_del_Congo
http://www.libertaddigital.com/opinion/miguel-del-pino/coltan-el-mineral-de-la-guerra-70814/
http://www.es.amnesty.org/colabora/recicla-tu-movil/

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